"Calificando la política republicana de izquierdas: política tabernaria, incompetente, de amigachos, de codicia y botín, sin ninguna idea alta; en sus diarios, una y otra vez, trata a los políticos que le rodean de obtusos, loquinarios, botarates, gente impresionable, ligera, sentimental y de poca chaveta, insufrible por su inepcia, injusticia, mezquindad o tontería." Manuel Azaña
No lo dijo ni el general Franco ni el fundador de la Falange, don José Antonio Primo de Rivera, estas frases proceden del Presidente de la República, don Manuel Azaña Díaz, un hombre de la República y de izquierdas. Los que aún pensamos que la república, como en tantas naciones de Europa, es el régimen político que, con más justicia, elige a sus gobernantes, empezando por su Presidente, al que el pueblo tiene la facultad de, finalizado el periodo de su mandato, sustituirlo por otro mediante sus votos; temblamos cuando vemos como se reproducen, una vez más, aquellas circunstancias, modelos, conciliábulos y confabulaciones para intentar desestabilizar al país por medio de uniones en falso, acuerdos electorales y presuntas coaliciones, en ocasiones contra natura, entre partidos que, si bien todos tienen el marchamo de totalitarios o, precisamente por ello, se sabe que cuando consiguieran hacerse con las riendas de la nación, cada uno de ellos intentaría deshacerse de los otros, por los medios que fuesen para quedarse con el poder absoluto.
En el actual panorama español no hay duda de que, la izquierda, es la que se está mostrando más activa, cada partido se mueve intentando acercarse a otras formaciones de parecida ideología, para buscar una entente con el único objetivo común de intentar destruir el actual régimen constitucional, para sustituirlo por otro en el que, las izquierdas, pudieran imponer sus políticas absolutistas, establecer el pensamiento único y poner en práctica, lo que ya intentó hacer la II República, la eliminación de la religión católica, el establecer un régimen de tipo comunistoide y el devolverle al Estado su poder sobre el resto de poderes, tal y como están intentando los actuales líderes de naciones como Venezuela, Bolivia, Nicaragua y la misma Argentina; en manos de dictadores que son incapaces de respetar las reglas internacionales y que, bajo el pretexto de establecer la igualdad, están machacando a su pueblo al que, por otra parte siguen manteniendo en la opresión, el control de sus vidas y la miseria.
Nos gustaría que el líder de Podemos, el señor Pablo Iglesias, no diera su opinión sobre la nueva vuelta de tuerca del presidente Maduro, su amigo y ejemplo, por la que se intenta controlar, por medio del registro de las huellas digitales en todas las tiendas, almacenes y demás centros de ventas, con el objeto de tener controladas las compras que pudiere realizar cada ciudadano; algo que nos recuerda las famosas cartillas de racionamiento de la posguerra española. Claro que, si no hubiera escasez, si no faltaran los productos básicos y el Estado por su mala gestión, por su intervención en la economía y por su autoritarismo, no obstaculizara la iniciativa privada y la libertad de comercio; no sería necesario importar tantos bienes, indispensables para la supervivencia de los ciudadanos, desde el extranjero y no se precisaría acudir a métodos propios de países bananeros.
Seguramente don Pablo, nos podría indicar si entre sus proyectos tiene previsto el acudir a semejantes procedimientos y si, como parece que se desprende de lo que ha dicho en la V Universidad de Verano Anticapitalista, en la que participaron diputados de Amaiur, la fundación proetarra y eurodiputados de Podemos, en un acto que tuvo lugar el viernes pasado; van a formar coalición, en un proyecto encaminado a destruir el actual régimen capitalista., empezando por suprimir la Audiencia Nacional "para que se acaben las torturas" en Euskal Herría", según manifestó Sabino Cuadra, de Amaiur. También apoyaron a los catalanes en sus deseos de celebrar una consulta por su independencia. En cualquier caso, poco a poco, el señor Pablo Iglesias y su compadre el señor Monedero, van dejando constancia de lo que podríamos definir como su catadura política. El hecho de formar emparejamientos con aquellos que apoyan a los etarras, deja claro hacia dónde se dirigen las simpatías de Podemos y señala paladinamente con quienes pretenden compartir sus ideas encaminadas, sin duda, a la destrucción de la democracia tal y como la tenemos, derogando nuestra Constitución para sustituirla por un régimen en el que la disgregación del país sería una de sus primeras consecuencias.
No perdamos de vista que, en IU, su coordinador de la Presidencia Federal y secretario general del PCE, el señor José Luis Centella, no se esconde al predicar, a quien le quiera escuchar, que: " en estos momentos los movimientos de izquierda tienen que poner por lo que les une por encima de sus diferencias". Insiste que desde IU están trabajando "en un proceso de convergencia", aunque, seguramente para dejar claro que no pretenden absorber al resto de formaciones que se pudieran unir a la coalición, han insistido en que, cada formación, conservará "su perfil político" que no debe "esconder". Es obvio que, el señor Cayo Lara, está preocupado ante el incesante ascenso de Podemos y está intentando, por todos los medios, un acercamiento que les permita retener al mayor número de sus votantes que parecen dispuestos a abandonarles para sumarse a la propuesta de Pablo Iglesias. Así, desde el punto de vista de los comunistas, se trataría de "construir una alternativa constituyente para conseguir un nuevo modelo de país".
El objetivo, para el señor Centella, sería "Vamos a hacer una fuerza política con un planteamiento, como somos una fuerza republicana, anticapitalista, federal y, sobre eso, construimos nuestro proyecto político" ¿Han dicho republicanos? ¿Desde cuando los comunistas han sido republicanos? Ni tan siguiera los republicanos de izquierdas fueron comunistas y, hay que decir que, durante la Guerra Civil, fueron los comunistas los que, al final, se hicieron con el poder, situando al doctor Negrin a la cabeza y postergando a los que quedaban del débil gobierno de la República. Que no vengan con señuelos ni se atribuyan una representación que no tienen porque, como ya dijo Ortega y Gasset, aquella mal llamada República no era lo que los buenos republicanos, de derechas e izquierdas, habían previsto que fuera cuando abdicó el rey Alfonso XIII.
En cualquier caso, el señor Sánchez, como líder de los socialistas, debería pronunciarse sobre si ellos están dispuesto a formar parte de la coalición con Bildu y Amayur, IU y, probablemente los de ERC y de ICyV, para formar lo que, de hecho, sería un nuevo Frente Popular al estilo del que tuvimos en España en el 1.936, calco de los que en el resto de Europa proliferaron durante aquellos años 30, del siglo pasado. Conviene que los españoles puedan tomar nota del tipo de estado que quieren tener; qué clase de sociedad es aquella en la que quieren vivir; qué libertades son de las que quiere gozar y si están dispuestos a compartir sus propiedades con el resto de ciudadanos que, a lo mejor, pensarán que tienen derecho a ellas aunque no hagan nada para merecerlo. No lo olviden: este es el peligro que se cierne sobre España y no es algo imaginario o meras elucubraciones, no señores, es un peligro que puede empezar a materializarse en las elecciones municipales del próximo mes de mayo. O así es como, señores, desde el punto de vista de un ciudadano de a pie, vemos inquietos el progreso del radicalismo de izquierdas en nuestra patria.
Miguel Massanet Bosch