Jean Jacques Rousseau sostenía, en su “Contrato Social”, que “el hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado”, pensamiento con el que sería fácil coincidir, si no hubiese completado tal afirmación con su otra afirmación “el hombre es bueno por naturaleza” algo que, modestamente, no puedo compartir con tanta facilidad. En cualquier caso, debemos admitir que sí estuvo plenamente acertado cuando, en sus “Pensamientos”, nos legó la siguiente máxima: “Las injurias son las razones de los que no tienen razón”. Verán ustedes, si hay algo que aborrezco de las izquierdas es esta capa de rusticismo o paletismo de que se suelen valer en sus forma de expresarse. Da la sensación de que no hay otra forma de exponer sus ideas que utilizando frases ofensivas; menospreciando, de forma barriobajera, al adversario político o convirtiendo en argumento de categoría, para aplastar al adversario, el vocabulario soez o despectivo, en cuya utilización son verdaderos maestros.
La verdad es que, desde que al PSOE no les salen los números electorales, desde que se han percatado de que los ciudadanos, incluso aquellos que los han venido votando, ya están pensando en dejarlos de votar y, desde que la guerra por la sucesión del señor Rodríguez Zapatero, se ha instalado entre los presuntos candidatos a sucederle; parece que se ha abierto la caja de los truenos y, fuere por desasosiego, fuere por miedo a perder sus enchufes o fuere por el instinto nato de retener el poder; lo cierto es que, los habituales voceros del PSOE no han dudado en sacar a relucir sus “recursos” dialécticos, su lenguaje más insolente y sus expresiones más bastas, para lanzarse a la garganta de sus adversarios políticos, el PP; sin pararse en barras a la hora de injuriar, mentir, tergiversar y desbarrar, para intentar acortar, por este procedimiento, la distancia que les lleva el PP en intención de voto, para las próximas elecciones municipales.
Lo cierto es que el señor ZP, después del tremendo “resbalón” de China, cuando afirmó que había recibido la seguridad del gobierno de aquella nación de que invertiría 9.000 millones de euros en solucionar el grave problema de las cajas de ahorros, siendo, de inmediato, rotundamente desmentido por las autoridades de aquel país; parece que ha emprendido una huída hacia delante, pretendiendo hacernos creer, a los españoles, que todos los desastres por los que está pasando nuestra nación se deben a la “poca ayuda” que recibe del partido de la oposición. Debemos dejar claro que, el único culpable de que las bolsas hayan vuelto a recelar de la situación de España, ha sido él y solamente él. Él fue quien animó a las bolsas con un anuncio de ayuda china, que fue desmentido inmediatamente; de modo que, la tendencia favorable de los mercados internacionales en cuanto a la fiabilidad de España, basada en aquella ayuda fue, inmediatamente, contrarrestada, al saberse que el Presidente había mentido. En consecuencia, que no vayan diciendo que la culpa la tiene la oposición, entre otras razones, porque no gobierna, no ha sido quien ha mentido al pueblo español y al resto del Mundo y no ha hecho otra cosa que decir la verdad con respecto a la imprudente actuación de ZP.
El resultado, por mucho que intenten los del PSOE disimularlo u ocultarlo, se ha visto en el hecho de que los mercados bursátiles han reaccionado, de inmediato, acentuándose la desconfianza que, últimamente, parecía que había remitido algo. Las consecuencias: la deuda española cotiza al nivel más alto desde el año 2.000. Para aclararnos, hoy la prima de riesgo española estaba situada a 226 puntos básicos respecto al bono alemán y el rendimiento había alcanzado la cifra record del 5’597% (lo que significa que el que tuviere deuda española y la quisiera vender tendría que hacerlo un 5’597% más barata que su valor facial). Es obvio que, a pesar de que nuestro Gobierno ha querido crear la impresión de que los problemas portugueses no nos iban a afectar, la realidad es que sí están influyendo, muy negativamente, en la confianza de los mercados en nuestra deuda. En todo caso, el coste del seguro contra el impago de los bonos españoles, a cinco años, ha subido a 246’4 puntos básicos.
Vean no obstante como vociferan; como pretenden apartar la atención de los ciudadanos de la debacle causada en Andalucía por la gran estafa de los ERE’s fraudulentos; como pretenden vendernos, como si fuéramos ingenuos, la pamema de que: si no han sabido enfrentarse debidamente a la crisis ha sido por falta de ayuda del PP. ¡Se necesita tener cara de cemento armado!, cuando de todos es sabido que todas las iniciativas legislativas y las propuestas ( más de 500) presentadas por los populares, intentando aportar ideas y dando soluciones, han sido, sistemáticamente, rechazadas por el lobby socialista y nacionalista, los verdaderos culpables de la situación extremadamente delicada en la que nos encontramos. Cuando uno lleva más de siete años gobernando, despreciando (pacto del Tinell) y obturando sistemáticamente las posibilidades de que las propuestas del adversario político sean debatidas en las Cortes, hay que ser muy retorcido, desvergonzado y, sumamente, embustero, para ir propagando, en los mítines y declaraciones, que quien ha sido vejado y despreciado, sin haber sido escuchado en ninguna ocasión, el PP, haya sido quien ha impedido que el Gobierno hiciera lo que debía de haber hecho. Déjense de liar y mírense su propio ombligo.
Lo que ha sucedido es que pretendían que se apoyasen sus actuaciones erróneas en cuestiones económicas y financieras que son, precisamente, las que nos han llevado a la situación actual. Nadie puede apoyar a aquel que le invita a acompañarle a despeñarse por un precipicio, en todo caso, procurará hacerle reflexionar para que no lo haga. Así pues, señor Blanco ¡chitón!, señora M.A.Trujillo ¡punto en boca!, señora Valenciano ¡a callar y dejar de decir estupideces! Dejen, de una vez, de considerarnos a los españoles como seres inferiores, que no sabemos pensar ni discurrir y que somos incapaces de saber cuando se nos quiere dorar la píldora o cuando se nos quiere hacer embaular que no fueron precisamente ustedes, los socialistas, los culpables de la debacle económica, los cinco millones de parados, los cientos de miles de empresas que han caído por falta de financiación y de facilidades para reestructurarse.
Es cierto que hay una parte de la población, esta que siguen pasmados a la señora Belén Esteban y se tragan, de pe a pa, los programas basura de las TV o los ignorantes que se dejan engañar por estas series sobre la II República, basadas en estos inventores de la Memoria Histórica pero, no se dejen confundir, no todos los españoles nos alimentamos de esta bazofia. Todavía quedan, en España, personas cultas, personas que saben distinguir entre lo que es una filosofía relativista y lo que son los verdaderos valores del pueblo español, aquellos que heredamos de nuestros padres. No es cierto que España se haya vuelto algo así como un “territorio Comanche” invadido de bandas de salvajes en el más completo estado de histeria, locura y neurastenia colectiva; pero sí deberemos admitir que, hoy por hoy, son estos los que dirigen al país, los que intentan acabar con la familia, el orden, la religiosidad, y la propia unidad de la patria. Es por eso que es preciso que, los que no estamos conformes con semejante estado de cosas, no nos estemos quietos, que nos movamos y nos hagamos oír para despertar esta conciencia dormida de esa mayoría silenciosa que parece que teme reaccionar. O así opino yo.
Miguel Massanet Bosch