Friederich Martin von Bodenstedt, autor germano del SigloXIX se trasladó a Persia para estudiar a fondo la literatura persa, traduciendo y publicando un pequeño libro de poesía titulado “Die Lider des Mirza Schaffy” del que entresacamos el siguiente pensamiento: “Allí donde nobleza y vulgaridad se hacen la guerra, la vulgaridad vencerá muchas veces; porque para ésta, los peores medios nunca son malos y su finalidad no es el derecho sino el lucro”. Desgraciadamente, en este país, existen numerosos parásitos de la sociedad, termitas insaciables que intentan roer los cimientos de la democracia y destruir, desde su insania rencorosa y vengativa, lo que ellos no se cansan de proclamar como su objetivo final: la libertad, cuando, en realidad, se convierten en sus peores detractores desde el momento en el que consiguen hacerse con el poder.
Hasta los más lerdos saben que, en un Estado, un Estado lo fundamental es la independencia entre los tres poderes básicos de toda democracia: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial; aquellos que estableció Montesquieu y que fueron respetados hasta que, el señor A.Guerra, decidió enterrarlo. Afortunadamente, después del oscuro y tétrico túnel de las dos legislaturas del señor ZP, en las que fueron pisoteados y reducidos a cenizas todos los valores que caracterizaban a la España pre–socialista; el pueblo español, harto de ser engañado, expoliado y de soportar que el país entrara en una degradación política, económica y social nunca conocida desde el advenimiento de la democracia; con nuestros votos, elegimos democráticamente, al nuevo Ejecutivo del señor Rajoy, apoyado en una sólida mayoría absoluta en el Parlamento y el Senado, parece decidido a recuperar el sentido común, a volver al rumbo del que nunca debimos apartarnos y a relegar a la chusma antipatriota, progre, antisistema y revolucionaria, que ha estado intentando acabar con el orden, la riqueza, la unidad y las buenas costumbres al puesto que les corresponde, en las alcantarillas de los irresponsabilidad, para que puedan dar suelta a la bilis antidemocrática que guardan en sus corazones.
Resulta aberrante el que, unos señores, por otra parte sobradamente conocidos por asistir a cualquier protesta contra el gobierno ( naturalmente si es de derechas) en cualquier lugar de nuestra nación; pretendan una y otra vez, invocando la democracia, imponernos sus “verdades” sus particulares y obsoletas visiones de lo que debería ser un sistema de gobierno que, para ellos, seguramente se parecería demasiado al de los tiranos sudamericanos, con el señor Chávez a la cabeza, un alumno aventajado, en lo que hace referencia a la supresión de las libertades del pueblo llano, del gran maestro del Caribe el sempiterno Fidel Castro, el gran ejemplo de los efectos del sistema comunista en una nación, Cuba, a la que ha condenado a la miseria y la opresión. El hecho de que unos sujetos como: Juan José Millás, Luis García Montero, Juan diego Botto, José Sacristán ( cuanta bilis comunista atesora este gran actor), Pilar Bardem (una que no falta en ninguna algarada, aunque con el riñón bien forrado) y José Luis Gómez han vuelto a las andadas; esta vez, apoyando una manifestación en “apoyo” del juez ( hasta ahora, por lo menos) Garzón y la causa de las víctimas del franquismo( a las del Frente Popular, la CNT, la FAI, los milicianos de las checas –más de 200 en toda España–; a todas éstas no se las tiene en cuenta), y los especialistas en torturas como Marty, Walken (ruso), Apellaniz, Justiniano García, Salgado y una larga lista de matones que, las limitaciones de este comentario, impide completar.
El que de sus labios hayan salido “lindezas” de este calibre: “luchar contra la mafia del Estado” que se están infiltrando “ocupando espacios sagrados del Estado” ( qué entenderán por espacios sagrados estos descreídos que no hacen más que mofarse de la iglesia y de los católicos); denunciando “una deriva siniestra”, sí, señor Sacristán, sin quererlo ha dado en el clavo porque “siniestra” es la izquierda y la deriva hacía ella que hemos tenido estos ocho años sí, en verdad, ha resultado verdaderamente siniestra en su acepción más dramática. Estos activistas han calificado el juicio al juez Garzón de “ignominia para la democracia” y “tremenda ironía” .Juan Diego Botto, ha denunciado que es el único país de Europa con fosas para investigar. ¿Qué podemos esperar de semejante sujeto? Quizá no sepa lo de la Gran Purga de Rusia ¿cuándo se han exhumado los cuerpos de los cientos de miles de miembros del PCR masacrados por Stalin? Claro no estudian, se valen de la endogamia que existe en la farándula para que les den algún trabajo y, así y con subvenciones del Estado ¡a vivir del cuento! Bravo, señores de la “cultura”. ¿Cómo hacerles entender a estos sectarios que 6.000 sacerdotes fueron fusilados y torturados solamente por el hecho de serlo? Imposible.
El señor Garzón ha sido enjuiciado por tres causas. Sin duda ha tenido a su favor todas las garantías procesales que concede el Estado de derecho; ha tenido ocasión de defenderse y recusar a los magistrados que no le han gustado, y todavía no se ha dictado ninguna sentencia. ¿A qué vienen estas manifestaciones ante el TS? ¿Se trata de intentar presionar a la Justicia para que prevarique y dicte una sentencia injusta? Los delitos de los que se le viene acusando, los tres, son de una gravedad evidente y, de resultar culpable, la condena debería ser ejemplar, porque no los ha cometido un ciudadanos cualquiera sino que ha sido un juez, conocedor de la ley y de las consecuencias de extralimitarse en sus funciones. No señores, no se trata de un activista político ni de un iluminado que pretende redimir el mundo, aunque haya actuado como tal; este señor, a mi criterio, no es más que un juez que ha pretendido hacerse rico y se ha valido de su plaza en la Audiencia para sobrepasarse en sus funciones; una vez para vengarse del señor González por no haberle nombrado ministro y, en otras, para intentar regresar a la política de la mano de aquellos a los que ya traicionó una vez.
Es curioso su concepto de lo que es la Justicia y sus garantías. Cuando se ha tratado de un presunto culpable de cohecho impropio, un delito menor penalmente aunque no desde el punto de vista político, todos estos señores han sido intransigentes pidiendo su condena, encarnizándose con el señor Camps como una jauría de lobos, rompiendo el secreto de sumario y juzgándole y condenándolo antes de que, el tribunal, haya dictado sentencia. Ahora ha sido declarado inocente, pero en toda España este señor ya hace tiempo que está condenado y nunca se va a librar de este estigma. ¿Qué ha pasado, no obstante con el caso Faisán o los ERE de Andalucía en los que se estafó a pobres obreros parados o con las ayudas del señor Chaves a sus hijos? O el desinterés de la fiscalía por el caso del enriquecimiento de Bono. Todos estos que ahora vociferan han estado callados como mudos y no hablan de las “mafias” del partido socialista o de la deriva siniestra de aquellos fiscales que se han desentendido de sus obligaciones, constituyéndose en defensores de los imputados o de la “tremenda ironía” de que el señor Blanco hubiera sido el principal acusador del caso Gürtel y ahora, cuando le ha llegado su turno, se queje de que se le haga un juicio paralelo en la prensa.
Si señores, puede que alguno de ustedes sea bueno en su oficio, no todos por supuesto, vista la calidad de la cinematografía española; pero, de lo que no cabe duda, es de que su sectarismo, su egolatría y sus pretensiones de salvadores de la humanidad, no son más que intentos de camuflar su absoluta ignorancia de lo que es una democracia. O esta es, señores, mi opinión al respecto.
Miguel Massanet Bosch