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¿Pretende el norte de Europa colonizar al sur? (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el julio 23, 2012 por admin6567
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Si al que lucha con el mar para no ahogarse, en lugar de tirarle un salvavidas para ayudarle a flotar, se le cuelga de las piernas un lastre de plomo, es indudable que el destino de esta persona sea perecer ahogado. Loa que somos legos en economía y nos limitamos a contemplar, unas veces asombrados, otras indignados y, en la mayoría de los casos, pasmados, como personas, a las que considerábamos bien preparadas, de las que esperamos decisiones sensatas o de las que se suponía que supieran sacarnos del abismo al que, otros gobernantes, –a los que algunos españoles, convencidos de lo mismo, les dieron su confianza en las urnas (en esta caso equivocadamente) – parecen andar confusas y desconcertadas. La evidencia, no obstante, es que, en el caso que nos ocupa, el de una España al borde del mayor cataclismo político, financiero y económico ( el de valores éticos y morales, hace ya tiempo que se produjo), que nunca pudimos esperar que se produjera, los que han sucedido en el gobierno al PSOE del señor Zapatero, los del PP, sin comerlo ni beberlo, engañados una vez más por los socialistas, han tenido que apechugar, con una cierta desorientación, todo hay que decirlo, la peor situación imaginable; de modo que, desde que tomaron el poder, se han visto obligados a enfrentarse a unos problemas que, hasta el más acérrimo de los pesimistas hubiera sido incapaz de prever.

Lo cierto es que, el nuevo Gobierno, ha hecho de mangas capirotes para intentar cumplir al pie de la letra las consignas que se nos daban desde Bruselas, el FMI y el propio BCE en cuanto a las reformas que se les habían exigido a los del PSOE (que sólo cumplieron en un mínima parte para evitar el desgaste político y electoral que ello supondría para ellos). El PP, renunciando a la mayor parte de sus ofertas electorales, en sólo 7 meses, ha tenido que hacer reformas que han superado, en profundidad y trascendencia, a las que llevaron a cabo los socialistas en todos sus años de mandato. No obstante, a pesar de ceñirnos como un guante a lo que se nos ha pedido desde la CE, cada día que pasa nos damos cuenta de que, cuanto más duros sean los recortes, más impopulares para los ciudadanos y más gravosos para la Administración; en lugar de causar efectos benéficos para España, aliviar la presión de los mercados, disminuir nuestra prima de riesgo y reducir los intereses que pagamos por colocar nuestra deuda, señores, de forma inconcebible, al menos para la mayoría de los españoles, lo que parece que sucede es todo lo contrario de aquello que se pretende. En efecto, lo que hemos visto estos días ha sido un rápido empeoramiento de la confianza de los inversores que, al parecer, cuanto más nos esforzamos en cumplir con el plan que se nos exigió, tanto peor reaccionan las bolsas y mayores dificultades tenemos para poder seguir financiándonos; de modo que ya hay voces agoreras que nos dicen que apenas podremos resistir 60 días más sin tener que reclamar el famoso «rescate».

Dejando aparte el pobre y poco edificante espectáculo que nuestros políticos, verdadero ejemplo de la inoportunidad, la desfachatez, la inoperancia, la falta de sentido común y de incapacidad para representar, dignamente, al pueblo español que los votó; cuando en lugar de cooperar y facilitar las medidas precisas para que podamos salir del atolladero; lo único a lo que se han dedicado ha sido a intentar desacreditar las reformas emprendidas, a desautorizar al Ejecutivo ante los españoles y a soliviantar a la ciudadanía para que se rebele contra la política gubernamental. Y, si socialistas y comunistas, han elegido este camino, los de las comunidades nacionalistas han aprovechado la ocasión para intentar acentuar, en sus respectivas comunidades, el espíritu independentista, con llamadas a las otras comunidades para que se levanten en contra de España, en la más absurda y ridícula muestra de su alopecia mental y falta de sentido común. El gran problema, señores, parece que nos viene de la misma Europa. De una Europa que parece ser que ha renunciado a sus principios de unidad, ayuda mutua y defensa de sus miembros, tanto en cuanto a la economía, finanzas, peligros externos o seguridad, para convertirse en una suerte de dictadura de los países del norte sobre las naciones del sur.

Empezamos a dudar sobre si, lo que se está defendiendo, es al euro o la misma UE. Cada vez tenemos la más firm convicción de que, el que mejor ha jugado sus bazas en el tema de la moneda única y del mantenimiento de sus privilegios insulares ha sido, sin duda, el Reino Unido; que no se dejó atraer por el señuelo de una gran superpotencia europea, como se nos prometía desde Bruselas, cuando se estaba intentando aprobar la famosa Constitución Europea, que resulto, como tantos otros intentos de unificación, un fracaso total del que parece que, todavía, la CE no se ha sabido reponerse. En efecto, estamos comprobando como, capitaneados por Alemania, la mayoría de las naciones del norte integradas en la CE y la Zona Euro, están dando la impresión de que, no tanto les interesa la supervivencia del euro –una moneda que, si España cayese, es probable que se desplomase juntamente con ella – sino el convertir a las naciones del sur de Europa, las más implicadas en los problemas de la recesión, en futuros países colonizados, sujetos a las férreas condiciones que se les impongan y relegados a una «segunda velocidad», como naciones de segundo orden. No olvidemos que España, aunque subordinada a lo que ha sido el boom de la construcción durante años, tiene otro tipo de industrias, entre ellas la automovilista y la industria química que, si bien en la actualidad no tienen mercado dentro del país, sin embargo, están teniendo mucho éxito en sus exportaciones al exterior, donde compiten, con éxito, con tras naciones.

Lo que sí parece incontrovertible es que: solamente con recortes, disminuyendo el poder adquisitivo de los ciudadanos, cargando de impuestos a las empresas y particulares o pagando el subsidio a los nuevos desempleados para que sigan en paro; no se va a conseguir que España pueda remontar la crisis ni en uno ni en diez años. Es preciso que, a la par que se disminuyan los costes del Estado, se recorten las subvenciones y se adelgacen las nóminas de los empleados públicos, se empiecen a poner en práctica medidas para el crecimiento y la recuperación de nuestras empresas, pequeñas, medianas y grandes, poniendo los mecanismos fiscales, las medidas extraordinarias de regulación de plantillas, los incentivos a la producción y la eliminación de trabas burocráticas para que, nuestros empresarios puedan, con entera libertad, iniciar o continuar sus negocios con la suficiente seguridad jurídica para que se sepan apoyados por el Gobierno, se les den posibilidades para financiarse y se les abran las puertas para poner en práctica libremente sus proyectos.

Creo que los países del sur de Europa, con España e Italia a la cabeza, han de dejar claro a las potencias del norte que no son meros títeres a los que se les hace bailar al son que nos impongan las grandes potencias. Porque, señores, Alemania es muy posible que no esté tan entusiasmada defendiendo el euro ya que se sabe que, la mayoría de sus ciudadanos añora el potente marco, al que seguramente estarían encantados de volver. ¿Qué ocurriría si, en un momento determinado, decidiera abandonar el euro a su suerte?. Sin duda la sentencia de muerte para la moneda única, un marco robusto y la devaluación, a niveles de ruina, del resto de monedas nacionales, incluida la francesa.

¿Una utopía? Puede que sí, pero ¿y si fuera cierto? Así es, señores, como lo veo yo.

Miguel Massanet Bosch

0 comentarios en “¿Pretende el norte de Europa colonizar al sur? (por Miguel Massanet Bosch)”

  1. opciones binarias dice:
    octubre 8, 2012 a las 11:12 am

    No hay solidaridad verdadera entre los seres humanos, nunca existio. El dinero siempre volvio loco a las personas, las ganas del poder y dominar sobre otros seres humanos.
    Por eso el mundo que vivimos es asi, la gente no ayuda uno al otro.

    Responder

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