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No creceremos si agarrotamos a las empresas y cegamos la demanda (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el septiembre 28, 2012 por admin6567
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Si los impuestos como decía el tribuno Cicerón en su Per lege Manilia: "son los nervios del Estado", deberemos de admitir que, al menos a juicio de los ciudadanos de a pie, nuestro Estado está aquejado de graves síntomas de la enfermedad de Huntington en su derivada recaudadora. Los ciudadanos, seguramente a causa de que somos los últimos que tenemos noticias fidedignas de lo que, de verdad, está ocurriendo en nuestro país, nos vemos sorprendidos, una vez más, por algunas de las medidas fiscales que se nos anuncian en los nuevos presupuestos para el año 2013. No es que seamos ajenos a los apuros por los que está pasando el gobierno del señor Rajoy ni que seamos insensibles ante la herencia que recibieron del PSOE, que ha sido la causa de que no hayan podido poner en práctica su programa de gobierno; sin embargo, uno, cuyo único bagaje para entender la política consiste en utilizar el sentido común, no alcanza a entender como, de esta grave recesión que estamos padeciendo, se puede salir si no se apoya a las empresas, se las descarga de las excesivas contribuciones, tanto fiscales como sociales, que las abruman y les impide reaccionar ante una situación económica poco favorable y una falta de demanda endémica que las va llevando, al menos a las pequeñas y medianas, a tener que enfrentarse al Concurso de Acreedores o la quiebra.

Resulta difícil de digerir que, si se quiere reactivar nuestra economía, favorecer el despegue de nuestras empresas, motivar a los emprendedores para que creen nuevas y dotar a todo nuestro tejido industrial de créditos que le permitan hacer inversiones, modernizar sus medios de producción y agilizar la productividad, de modo que se encuentren en condiciones de afrontar la competencia de las del resto de países de nuestro entorno; y que, mediante su expansión, se pueda crear el ambiente favorable para que la contratación crezca y esta penosa carga del desempleo vaya cediendo; no lo podemos hacer aumentando los impuestos, suprimiendo a las grandes empresas las desgravaciones por amortización de bienes productivos, o con la reimplantación del gravamen especial del 5% para la actualización de balances, con el aditivo de la modificación del régimen de tributación de las plusvalías en el primer año, que se gravarán en función del tipo marginal ( el mas alto) del IRPF.

No podemos encontrarle sentido a que, en una situación en la que el aumento reciente del IVA, la mayor tributación por IRPF, el miedo a perder el empleo, la incertidumbre ante un futuro (que cada vez se nos presenta más negro) y el constante incremento de la tasa de desempleo, que ya amenaza alcanzar, para el 2013, la impactante cifra de los 6 millones de parados; se pueda dar una vuelta de tuerca más, en el sentido de castigar a las empresas y a los ciudadanos para cargarles con la parte del león en el esfuerzo para cumplir con nuestros compromisos externos. Nos extraña, sin embargo, que el meter las tijeras a las administraciones públicas, prescindiendo del exceso de funcionarios, acabando con los enchufes, las mamandurrias, los salarios escandalosos, las jubilaciones multimillonarias de algunos directivos de bancos y cajas, cerrando empresas públicas creadas para disimular funciones que no competían a los ayuntamientos y diputaciones; lo que les permitía, aparte de colocar a familiares y paniaguados para que chuparan de las ubres públicas ( a cargo de nuestros impuestos), emprender algunos negocios y ejercitar algunas actividades que nada tenían que ver con sus deberes públicos.

Es imposible pedir más sacrificios a los ciudadanos sin poner remedio antes a estas injusticias que, hoy por ti mañana por mí, parece que todos los partidos políticos pretenden mantener vigentes, sea quien sea de ellos el que gobierne. Si tenemos un exceso de viviendas, si los bancos no saben como sacarse de encima el stock inmobiliario que viene complicando sus balances y, para cuyo fin ha sido necesaria la creación de un " banco malo" con los costes que ello va a suponer, no se puede ver la ventaja de hacer desaparecer las deducción por compra de la vivienda habitual en el IRPF; cuando el ahorro que se prevé sólo es de sólo 90 millones de euros y, el mantenimiento de la desgravación, aparte de cumplir una función social; supone un estímulo a su venta del que tan precisado anda nuestro sector del ladrillo.

Continuamos demandando, con urgencia, al gobierno del señor Rajoy, no sólo por el dinero que ello pueda ahorrar a las administraciones, sino por el hecho indubitable de que, la población, tiene la sensación de que todo lo que se hace es para favorecer a la gran industria, especialmente al sector bancario que, como es de general conocimiento, ha sido el que más ha influido, el que más responsabilidad ha tenido y el que más ayudas viene recibiendo del Gobierno a través del FROB y, próximamente, desde la propia UE, a través de las líneas de crédito especiales para ellos.

No obstante, si bien los bancos que controla el Gobierno, parece que sí han reducido los salarios de sus directivos, de lo que no hay duda es de que, en tiempos de gran penuria, de falta de puestos de trabajo; del pago de casi 40.000 millones de euros sólo para poder atender al pago de los intereses de nuestra deuda; de tener que acudir al Fondo de Garantía de las Pensiones para pagar a nuestros jubilados y de congelación de salarios; resulta insultante, una bofetada a la sociedad y un verdadero ataque a la moral y la ética que, algunos directivos bancarios ( y de otros tipos de empresas) perciban salarios multimillonarios que si pueden admitirse en tiempos de prosperidad resultan inadmisibles y antisociales en momentos de estrechez colectiva. El Estado tiene los medios para erradicar esta anomalía, máxime cuando se recortan las aportaciones para I+D+I, que tanto contribuyen al bien de los españoles y de nuestra economía.

España necesita, no sólo que la señora Merkel esté satisfecha con nuestros PGE, que Bruselas aplauda los recortes que se están llevando a cabo y que la señora Lagarde, del FMI, vea con buenos ojos las ayudas que nos puedan llegar; sino que, la propia Europa, se aclare respecto a lo que quiere que hagamos. No es de recibo que todavía se nos vengan poniendo pegas, se nos pidan más requisitos y que se vayan retardando los trámites para que, las ayudas que se nos concedieron en la reunión del mes de junio pasado, las podamos recibir. No podemos recriminar al señor Rajoy que no se decida a aceptar esta perita en dulce que se nos ofrece, sin saber de antemano qué es lo que se esconde detrás de tanta prodigalidad. Sin duda que, por mucho que necesitemos el apoyo de la CE, no se pueden aceptar imposiciones del tipo de gravar, por ejemplo, a nuestro sector turístico con un IVA del 21%, algo que, sin duda, representaría un hachazo para dicha actividad y un gran empobrecimiento para todos los españoles.

Tampoco se entiende que sea la propia Alemania quien se venga oponiendo, con terca persistencia, a que se nos financie, si no se toma en cuenta que pronto van a tener elecciones y que, el partido de la Merkel, no está en su mejor momento. Cuando se habla de crear un organismo que vele por la seguridad del sistema bancario de la UE con autoridad sobre todo el sistema financiero europeo, parece que a la propia Alemania no le gusta demasiado que se puedan investigar sus bancos, algunos de los cuales no resistirían una investigación como aquella a la que están sometiendo a nuestra banca. O esta es, señores, mi impresión sobre estos complicados temas que tanto nos agobian.

Miguel Massanet Bosch

0 comentarios en “No creceremos si agarrotamos a las empresas y cegamos la demanda (por Miguel Massanet Bosch)”

  1. comercio en opciones binarias dice:
    octubre 6, 2012 a las 11:36 am

    La situacion en Europa es dificil, los paises occidentes por el momento la situacion economica en ellos es mejor de los paises en el Est.
    Pero no hay que quedar dormidos y pensar que la crisis no llegara a esos paises.

    Responder

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