(Publicado en El blog de Rosa Díez, aquí)
En un ratito salgo camino de Barcelona. Esta tarde, rueda de prensa de presentación de campaña; luego cena con simpatizantes y afiliados y posteriormente, pegada de carteles en la Plaza de la Universidad.
Nacimos como partido político hace poco más de cinco años; lo hicimos desde la convicción de que en España hacía falta un partido político nacional, progresista y transversal que defendiera la regeneración democrática y el Estado. Defender el Estado es para nosotros defender la libertad y la igualdad de todos los españoles. España necesita un partido político que mantenga una posición común en todas las instituciones, que diga lo mismo en el Parlamento Vasco, en la Asamblea de Madrid, en Asturias, en los ayuntamientos de Andalucía o de Castilla, en el Parlamento Europeo.
Un partido político que se atreve a defender en en el País Vasco y en Navarra la supresión de los privilegios fiscales; como lo hace en Madrid o en Barcelona….
Un partido político que no se acobarda ante el nacionalismo, que cree que lo que necesita España (y Cataluña, y Euskadi, y Galicia…) no es más nacionalismo sino más democracia.
Un partido político que no quiere parecerse a los nacionalistas o regionalismos para que le quieran. Ni quiere tampoco adaptarse al lenguaje políticamente correcto practicado por otros partidos llamados nacionales, que por cierto defienden cosa distinta según en la parte del territorio nacional en que se encuentren.
Un partido político que ha venido para quedarse mientras pensemos que somos necesarios para resolver los problemas de la gente, para vertebral España, para defender la supresión de privilegios, para acabar con las duplicidades y despilfarros, para acabar con la politización de las entidades financiera, de la justicia…
Un partido que defiende una reforma de la Constitución para que se cumplan aquellos artículos que son innegociables en ninguna constitución democrática del mundo, y tampoco en la española: los artículos que proclaman derechos fundamentales como la libertad, la justicia y la igualdad.
Un partido, como decía, que tiene vocación de servicio. Creemos que la regeneración democrática pasa por devolver a los ciudadanos el control sobre la política, sobre los partidos políticos y sobre las instituciones democráticas. Por eso proponemos reformas en la ley electoral: para que todos los votos pesen lo mismo a la hora de elegir a nuestros representantes, para que se cumpla el precepto constitucional de elegir y ser elegido en igualdad de condiciones.
Pues eso, que abrimos campaña en Barcelona. Que apelamos al libre albedrío, a la elección libre y reflexiva de todos y cada uno de los ciudadanos. Que nunca creímos que los votos son de “alguien” distinto a cada uno de los ciudadanos que deciden en quien depositar su confianza. Desde que nacimos han intentado -unos y otros- convencernos de que mejor que no nos presentáramos… Siempre había un “interés superior” para hacernos esa recomendación: “le vais a quitar votos al PP y volverá a ganar Zapatero…” “Le vais a quitar votos al PSOE y volverá a ganar el PNV… ” Hay tanto nostálgico del partido único…
Democracia es elegir. Nada más grande que poder hacerlo.