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El gobierno de una minoría a favor de una minoría (por Juan Andrés Buedo)

Publicada el noviembre 16, 2012 por admin6567
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Días atrás habló Manuel Vicent del fantasma que recorre Europa en la actualidad, desbancado finalmente el comunismo, tal vez más peligroso que éste, y que se llama cabreo. Compone "un estado anímico de las clases subalternas imbuidas por el espíritu de Espartaco" y se trata en el fondo de "una nueva rebelión de los esclavos". Esta cólera de las masas es realmente un espectro o duende purificador, incontrolable; se encuentra suspendido en la atmósfera, "se cuela por todas las rendijas donde se halla instalado el poder y desde el teclado de todos los ordenadores mueve los dedos airados para ocupar por completo el espacio de la red". Su fuerza estriba precisamente en que carece de organización y de cabeza visible, de modo que "su carga estática puede estallar de forma inesperada en cualquier parte, en cualquier momento sin que nadie la dirija".

Todos estos signos característicos del enfado social pudimos palparlos al término de la huelga general. La manifestación que ponía el punto y final a la jornada reivindicativa se abría con una gran pancarta en español, inglés y alemán con el lema "Nos dejan sin futuro. Hay culpables. Hay soluciones", en la tradicional marcha de Madrid, concluida en la plaza Colón y que se replicó en todas la capitales de provincia de España. La
participación en todas ellas  es la expresión contundente del rechazo ciudadano al empeoramiento de la situación económica y social de la mayoría, mientras las élites económico financieras se benefician con esta crisis, que ellos mismos han provocado y, todavía más, han agudizado con el recorte de derechos realizado por el actual gobierno.

Contra lo afirmado por la casta oficial de este gobierno presidido por Mariano Rajoy, debemos anteponer las razones que han llevado a millones de ciudadanos a protestar de variadas maneras, desde huelgas generales o parciales hasta las muchas y crecientes concentraciones que tienen lugar cada día. Han de saber todos estos neoliberales de mal hacer que todas estas protestas no obedecen a consideraciones banales, sino al enorme deterioro económico, social e institucional que viene con la crisis, de un lado, y, de otro, con el tratamiento que la Unión Europea y el Gobierno español están dando a la misma.

Como en tantas ocasiones, el profesor Vicenç Navarro rebate y desmiente los argumentos de Joan Rosell –el presidente de la patronal española- a la hora de negar la celebración de la huelga o los actos reivindicativos sindicales. El citado catedrático determina que los partidos conservadores y neoliberales están gobernando, tanto en España como en la mayoría de países de la Unión Europea, incluyendo los de la Eurozona, "implementando políticas públicas que tienen como consecuencia: 1) la realización de reformas laborales que conllevan la disminución de los salarios y el aumento del desempleo; 2) el descenso de la población activa; 3) la reducción de la  protección social; 4) el recorte del gasto público social; 5) la privatización de las transferencias y de los servicios públicos del Estado del Bienestar; 6) la reducción de los derechos laborales y sociales; 7) la disminución y privatización de las pensiones públicas; y 8 ) el debilitamiento de la negociación colectiva y de los sindicatos. La evidencia de que esto está ocurriendo es robusta y claramente convincente" (ver sección Economía Política en www.vnavarro.org).

Completa todas estas líneas señalando que el sistema electoral resulta escasamente proporcional y representativo, puesto que un porcentaje muy reducido de la población (las élites financieras, económicas y mediáticas) tiene una enorme influencia sobre el Estado, habiendo diseñado durante la Transición un sistema político de escasa representatividad electoral. Lejos de ser modélico el paso de la dictadura a la democracia, acusa Navarro de haberse hecho en términos "muy favorables a las fuerzas conservadoras que controlaban el aparato del Estado y la gran mayoría de medios de información y persuasión".

Las consecuencias de este dominio conservador las explicó Vicenç Navarro el 8 de noviembre de 2012 en el artículo Los motivos de la Eurohuelga editado por el diario Público. En él concreta los factores de endeudamiento de las familias, el beneficio de la banca, impulsor de la "burbuja inmobiliaria" -junto con el maridaje con la actividad especulativa de la construcción- y aclara los beneficios de toda aquella inversión ficticia y visionaria: "Durante el boom económico, creado artificialmente por tal burbuja, fuerzas conservadoras forzaron reformas fiscales, bajando los impuestos a las rentas superiores y a las rentas del capital (20.000 millones de euros en España), que beneficiaron predominantemente a los sectores más pudientes de la sociedad, creando a la vez un agujero en las cuentas del Estado, que apareció más tarde cuando la burbuja estalló y el déficit del Estado apareció en toda su dimensión". La contestación al problema por parte del Estado español (lo mismo que el griego y el portugués) se centró en procurar la reducción de dicho déficit recortando el ya escasísimo gasto público social, y no mediante la reversión de los recortes de impuestos implementados durante la época de falsa bonanza. Alcanzando así unas prácticas inmorales, injustas y antidemocráticas, puesto que no tienen ningún mandato popular, al no estar ninguna de ellas en los programas electorales sobre los que fueron elegidos. Se hace menester, de este modo, traspasar a la calle la protesta y la denuncia contra esa serie de prácticas que se están realizando en contra y a espaldas de la gran mayoría de su población. Lo que estamos viendo en cada uno de estos países -Grecia, Portugal y España- es el gobierno de una minoría a favor de una minoría, en contra de una mayoría. "Las derechas de siempre, en cada uno de ellos, están ahora, bajo el falso argumento de que no hay alternativas, intentando conseguir lo que siempre desearon: la reducción de los salarios y de la protección social y la eliminación del Estado de Bienestar. Y no se puede permitir, por mera salud democrática, que ello ocurra", manifiesta el reiterado profesor.

Aquí se halla la convocatoria de Huelgas Generales y/o movilizaciones el día 14 de noviembre en cada uno de ellos, para protestar e impedirlo, porque la propia existencia de la democracia está en peligro. Entre tanto, el presidente Rajoy no se inmuta ni ante la huelga ni ante la enorme pitada que recibió en Valencia, y va y responde a la huelga general citando a Víctor Hugo: "El futuro para los débiles es lo inalcanzable". Por supuesto que se delata quién es, con quién va y a quiénes no representa, cuando decide tener un acto público la víspera de la huelga general, al no ser un acto con los parados ni con los que más sufren la crisis, sino que asistió al congreso de la Asociación de directivos empresariales. Allí, después de recibir una pitada como nunca le ha caído a un dirigente del PP en Valencia, defendió su política de ajustes. Volvió a afirmar ahí que "las medidas de austeridad" que está aplicando con durísimos recortes sociales y brutales subidas de impuestos "son imprescindibles". También añadió que no caben "soluciones milagreras, sino constancia en el rumbo", sentencia con una fácil respuesta: él cambió de rumbo incumpliendo una tras otra todas sus promesas electorales.

A todo esto, la certeza intangible es que la protesta paneuropea supone un movimiento de solidaridad sin precedentes contra los recortes presupuestarios y los sacrificios de las poblaciones debido a los objetivos de déficit, que, a juicio de los sindicatos, constituyen causas directas de la recesión y del paro masivo en la Europa meridional. Y por eso, las instituciones europeas también deben considerarse interpeladas por los que protestaban el 14-N, y desde luego por los que lo hicieron en España. La prueba es que el responsable económico de la Comisión Europea, Olli Rehn, dedicó una conferencia de prensa (no prevista) a descartar que el Gobierno español deba apretar más las tuercas a los ciudadanos en 2013, aunque aplazó todo pronunciamiento sobre si puede relajarse el objetivo de déficit en el futuro.

Después de todo, el efecto colindante de las protestas es el de calibrar, otra vez, la excitación provocada por el estado de indignación en el cuerpo social, muy hostigado por la minoría dominante. Esto convierte la huelga y las manifestaciones de anteayer en protestas legítimas e ininterrumpidas en el tiempo, sin ningún titubeo, aunque es dudoso que ayuden a encontrar salidas consistentes y estables frente a la crisis. Esencialmente porque, mientras la actividad económica no se recupere, el paro masivo y el empobrecimiento general advierten con la continuidad de su curso. No obstante, la imagen más trascendente que la relatada agitación nos pasa es la de que una parte considerable de la ciudadanía ha consignado un mensaje inequívocamente contrario a las políticas del Gobierno, y lo ha hecho por segunda vez en menos de un año. Por lo cual el Ejecutivo tiene la obligación inapelable de atenderlo y encauzarlo. Esto requiere, antes que esos nombramientos a dedo que tanto les gusta practicar a los populares rajoyistas o cospedales entre el séquito neoliberal del PP, aproximar la canalización de las demandas sociales a técnicos experimentados, con una dilatada prestación de servicios en la función pública; retirando los recelos ideológicos y políticos de toda especie. Así se levanta un país y no imponiendo discriminaciones, segregaciones o preferencias de clase. Las nuevas aguas sociales del siglo XXI no lo permiten, sobre todo en la Unión Europea.

Juan Andrés Buedo

0 comentarios en “El gobierno de una minoría a favor de una minoría (por Juan Andrés Buedo)”

  1. Develop dice:
    diciembre 17, 2012 a las 3:28 pm

    Me and my son only want to tell you I like your thoughts¡­

    Responder

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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