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¿Si el PP “crispaba”, qué es lo que hace el PSOE ahora? ¡Crispa más! (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el febrero 15, 2013 por admin6567
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Louis Dumur, dramaturgo, novelista y poeta francés (1.863–1.933) fue fundador de la revista La Plèyade. En su obra Petits aphorismes dejó escrito el siguiente pensamiento: "La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos". No hace falta y la experiencia de muchos años de estar interesado en seguir las vicisitudes de nuestro país, de seguir a gobernantes de todo tipo, desde dictadores, redentores de la patria, demagogos y completos inútiles, debo decir que no puedo más que estar de acuerdo con el señor Dumur en su calificación de lo que se ha definido como un "arte": la política. Lo malo es que quienes se encargan de dirigir a las naciones, quienes tienen por oficio el de político y quienes se hacen cargo de guiar nuestras vidas son hombres, nada más que hombres que, para nuestra desgracia, como hemos tenido que comprobar durante los últimos años, en muchas ocasiones, distan mucho de ser las personas más idóneas para desempeñar tan compleja tarea.

Una de las "cualidades" de las que suelen estar dotados nuestros políticos es la de olvidarse con suma facilidad de lo que dijeron, obraron, decidieron y propugnaron cuando estuvieron en el poder; de modo que, cuando la alternancia normal de los distintos partidos políticos, les conduce a ocupar el puesto de opositores, cediendo los bancos azules del Parlamento a otra formación política; practican la política destructiva de cualquiera que sea lo que decida llevar a cabo el nuevo ejecutivo, las leyes que propugne, las medidas sociales o las medidas financieras y económicas que decida poner en práctica; favorezcan o no a los españoles; convenga o no a la patria y ayude o no a una gobernabilidad sin graves sobresaltos y aspavientos, tranquila y con posibilidades de cumplir con los deseos y necesidades del pueblo, algo que, en definitiva, no siempre se puede llevar a cabo sin sacrificios, renuncias, recortes y dolorosas limitaciones de derechos.

El hecho es que, los socialistas, parecen sumidos en una persistente amnesia que creen que los "redime" de sus pasados errores, de aquello que defendieron cuando dirigían al país, de lo que pactaron mientras mandaron y de lo que reprobaron a los que entonces ocupaban los bancos de la oposición cuando, cumpliendo con su función de fiscalizar al Ejecutivo, les hacían notar o les reprochaban, censuraban o les criticaban lo que, para ellos, constituían graves errores. Entonces decían que el PP se valía de la crispación para desacreditar al gobierno del PSOE. No obstante, cuando, en la legítima labor de oposición y de control a la gestión del gobierno de turno, aquellos que constituyen la oposición se extralimitan en las formas, se exceden en la virulencia de sus alegatos o se dejan llevar por prejuicios, venganzas, sectarismos e intereses partidistas que se salgan de lo que deben ser las correctas prácticas parlamentarias, como estos días hemos tenido ocasión de comprobar cuando hemos visto a un PSOE que ha perdido los papeles, ha dado paso a unas acusaciones contra determinados miembros del Gobierno del señor Rajoy y del propio Presidente del gobierno, cargadas del reconcomio, de odio, de evidentes muestras de mala educación amén de algo que todavía es más reprobable, de una notable falta de pruebas que pudieran avalar la canallesca intervención de los cancerberos socialistas.

Hemos entendido que ya no se trata de disputas parlamentarias, sino que, como ha quedado evidenciado con las continuas peticiones de dimisión al señor Rajoy, al ministro de Hacienda, señor Cristóbal Montoso y la ministra de Sanidad, señora Mato; el PSOE ha evidenciado, a través de sus parlamentarios, que ya se ha dejado de fingimientos, de cortesías parlamentarias y de posibles políticas de apoyo al Gobierno de la nación para que, con ello, diéramos una buena imagen de unidad a esta Europa que nos contempla, entre admirada y decepcionada, seguramente pensando que somos un país de locos que no sabe apreciar la difícil situación en la que se encuentra, perdido en luchas intestinas y en batallas con los separatismos, que no han desaprovechado la ocasión de la debilidad de la nación para tirar de la soga intentando, entre todos, acabar de asfixiar a nuestro país cuando más necesitado está de conseguir el oxígeno financiero y económico, que le permita superar el mal momento en el que nos hallamos.

Huelgas, manifestaciones, grupos de ciudadanos que claman contra el Gobierno, funcionarios rebeldes, sindicalistas desbocados y clamando ahora contra el desempleo o la reforma laboral ( cuando son plenamente conscientes de que ha sido una imposición de la CE) mientras, ellos mismos, permanecieron años callados y haciéndole el caldo gordo al señor Zapatero y su gobierno, sólo porque los estaba subvencionando con millones de euros a la vez que, por otra parte, se veían obligados a endeudarse, cada vez más, para poder parar el subsidio a los 5 millones de parados que cosecharon durante sus dos legislaturas.. Por muchas leyes que haya dictado el gobierno del PP, por muchas iniciativas que haya puesto en práctica y por muchos recortes que se haya visto precisado a hacer, aún en contra de lo que prometieron a los electores; no hay duda de que, mantener a flote una nave en la que, una parte importante de su tripulación, se ocupa en abrir boquetes cuando los otros intentan tapar las vías de agua, para evitar su hundimiento definitivo; la situación de la embarcación no puede considerar más que crítica.

Y, a este contexto endiablado, señores, para terminar de configurar este escenario dantesco en el que se ha convertido la política española; no nos queda otra cosa que añadir que este cruce de acusaciones de corrupción, de escuchas telefónicas, de tráfico de influencias, de apropiaciones, de denuncias, de detenciones etc. todo ello, sin duda, en uno de los momentos más inoportunos para la economía y nuestra proyección en Europa. Y ahora, señores, una maldad que no puedo reprimir: ¿No se les ha ocurrido pensar que, cuando algunos datos económicos, algunas declaraciones favorables de importantes economistas, como es el caso del señor Draghi, del BCE o la débil recuperación de algunos sectores industriales, pudieran ayudar a elevar la moral de los españoles, hay grupos, fuerzas ocultas o poderes económicos que pudieran estar interesados en que ello no llegue a buen término?

Nadie podrá sacarme de la cabeza que ni a los sindicatos ni al PSOE ni, muchos menos, a los separatistas del señor Mas y Junqueras o del señor Urkullo, les sentaría bien que el PP, tal y como dijo que sucedería, después de un largo periodo de sacrificios, recortes y problemas de empleo, consiguiera que, de aquí a unos meses o a principios del año 2014, se estabilizara nuestra economía, que las bolsas nos procuraran una financiación mucho más económica y que, la prima de riesgo, se situara en niveles más de acuerdo con la realidad de lo que es nuestro país, una de las economías más fuertes de Europa. Se trata, por consiguiente, de poner la carne en el asador para introducir todos los palos posibles en las ruedas del Gobierno para intentar evitar que consiga esta proeza lo que, de suceder así, relegaría a la nada cualquier posibilidad de este, machacado y desacreditado, PSOE de recuperar la confianza de sus antiguos votantes. O así lo veo yo, señores, desde la mirilla de observador de la sociedad.

Miguel Massanet Bosch

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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