(Publicado en elEconomista.es, aquí)
- "España tiene una tasa de empleados públicos que es de las más bajas de Europa"
El Catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull,
Santiago Niño Becerra, ha abordado de nuevo la situación de los empleados
públicos en nuestro país y cómo se han convertido en el "chivo expiatorio de una
situación de crisis que no han generado".
En este sentido, el experto ha recordado que "España, sobre población activa,
tiene una tasa de empleados públicos que es de las más bajas de Europa:
de-las-más-bajas", al tiempo que asegura que esta "generación no ha tenido el
más mínimo protagonismo" en la crisis actual.
Asimismo, ha destacado que este colectivo fue "ninguneado y despreciado"
cuando España iba bien", hasta el punto que la sociedad veía este puesto de
trabajo como "una mierda", ya que había que ser "activo y dinámico". Sin
embargo, los funcionarios son ahora "el blanco de todas las críticas porque
cuentan con su puesto de trabajo en propiedad: '¡Vaya suerte que tienes,
cabrón!; de tu silla no hay quien te eche'. Evidentemente nadie quiere
recordar qué pasaba en España cuando las cosas no eran así, tampoco que el
funcionariado lleva perdido un 23% de poder adquisitivo desde que su situación
empezó a ser 'racionalizada'", destaca Niño Becerra en su artículo de opinión de
La Carta de la Bolsa.
No obstante, en el supuesto caso de que en España hubiera que reducir
empleados públicos, ¿cómo habría que proceder? Se pregunta el experto.
"¿Hay que empezar por los contratados hasta que no quede ninguno y luego, si
hay que continuar reduciendo, hay que reducir salarios a quienes queden, es
decir, a los funcionarios ya que hoy no son despedibles por su propia
naturaleza; o habría que modificar la ley de la función pública, reorganizar
funciones y procesos y mantener a los contratados o funcionarios en función de
su calidad e idoneidad?" expone Niño Becerra, para a continuación afirmar que
esta cuestión es "pura polémica", pero debería ser "ya" un tema abordado.
"Hacerlo ahora supondría hacerlo por las buenas; hacerlo mañana significará
hacerlo por las malas" sentencia el Catedrático.