Me puedo imaginar al ex presidente emérito, señor L.Rodriguerz Zapatero, cómodamente instalado en una tumbona, mirando al cielo y dedicado a la bucólica tarea de ir contando las nubes que van transitando por encima de su despejada frente, mientras deja correr, sin prisas ni apreturas, los días que deben transcurrir para cobrar, de nuevo, sus abultados emolumentos como miembro del Consejo de Estado, un oficio de poco esfuerzo, que le permitirá seguir en su entretenida ocupación de contador de nubes, sin tener que preocuparse por su futuro. Si nos fijáramos con más atención en su rostro es posible que pudiéramos advertir como, de tanto en tanto, su expresión se relaja hasta dejar que sus labios se distiendan en una sonrisa perversa, seguramente cuando recuerda la herencia que les dejó a su sucesor en el Gobierno, señor Rajoy y a su relevo en la dirección del PSOE, su "amigo", Pérez Rubalcaba. Hasta hay ocasiones en las que, su querida esposa, doña Sonsoles Espinosa, se sorprende, entre gorgorito y gorgorito, cuando escucha las carcajadas estentóreas de su marido, saboreando, sin duda, la venganza sobre aquellos que se burlaron de él en la oposición o, dentro de su mismo partido, se dedicaron a intrigar hasta conseguir destronarlo.
En realidad, el PSOE que recibió el señor Pérez Rubalcaba, ya estaba herido de muerte a la espera del puntillazo definitivo, desde que, el PP, ganó con mayoría absoluta las elecciones legislativas del noviembre del 2011. Aquel fue el momento clave en el que, todos aquellos que esperaban heredar la secretaría general, iniciaron, mediante sus manipulaciones, intrigas y estrategias, la operación de derribo y acoso, que debía concluir con el reinado del correoso y taimado Rasputín, que sustituyó al inefable Rodríguez Zapatero. No es fácil y, así lo viene demostrando, el acabar con un experto en moverse por los intrincados senderos de la lucha subterránea, un hábil conocedor de todos los trucos de los conspiradores y un verdadero fuera de serie en el arte del enredo, el engaño y la tergiversación, unas cualidades que lo convierten en casi inexpugnable.
No obstante, hete aquí que, al descrédito que viene acumulando por sus fracasos; sus desafortunados enfrentamientos con el señor Rajoy; y su incapacidad, a pesar de haber transcurrido 14 meses, en los que el PP se ha visto obligado a aparcar sus ofertas electorales para tomar medidas extremadamente severas e impopulares; en su misión de intentar recuperar, para el PSOE, a parte de aquellos votantes que les dieron la espalda en los últimos comicios. No ha sido suficiente que, el partido en el Gobierno, se viera sometido a un continuado goteo de desafectos a causa de sus políticas de recortes salariales, de supresión de mejoras sociales y de su incapacidad para detener la caída de empresas y el desempleo; para que, el partido socialista, sacara ventaja de ello, antes al contrario, se han quedado plantados en su techo electoral del pasado 20 N, sin que la oposición, en algunos casos muy desafortunada, llevada a término por el señor Rubalcaba, haya conseguido sacar del pozo en el que está hundido a su partido.
Nada más les faltaba la rebelión del PSC, rompiendo la disciplina de voto con el PSOE, en la votación sobre la propuesta de los partido soberanistas catalanes por la que proponen una consulta para determinar "el derecho a decidir" con el que pretenden convocar una consulta para que sean los catalanes y no todos los españoles, los que decidan sobre una hipotética independencia de Catalunya de España. La ruptura, si bien se intentará disimularla para que el mal que se le cause al partido no sea irreparable, no hay duda que se ha venido gestando desde hace bastante tiempo y, este enfrentamiento a cara de perro, con la directiva del PSOE seguramente marcará un antes y un después en las relaciones de ambas formaciones.
El impacto de los resultados electorales de Italia, la desconfianza que el pueblo italiano han demostrado hacia sus políticos más destacados y el alza del Movimiento de las 5 Estrellas, capitaneado por el cómico Beppe Grillo (un movimiento que no lleva un programa de gobierno y que ha conseguido su 25% de votos gracias a todos aquellos descontentos que están en contra de los partidos tradicionales y desean acabar con ellos); ha producido una verdadera tormenta en toda Europa. Ni Alemanía ni Francia ni el resto de países de la UE, pueden ver con buenos ojos la irrupción de un grupo que, aunque parece dispuesto a colaborar, ha venido predicando en contra de todos los recortes que, por otra parte, son imprescindibles para mantener a Italia dentro del establishment comunitario. Estos grupos que vienen surgiendo (recordemos los del 15M en España) representan un serio aviso para Europa y también para naciones como Italia y España, que se han visto obligadas a tomar medidas económicas, financieras y sociales draconianas sin que, al menos de momento, los ciudadanos puedan apreciar ninguna ventaja; al contrario, vienen observando que los partidos tradicionales parecen impotentes para sacar a los países de esta vorágine del desempleo, los recortes sociales, la congelación salarial y la degradación del nivel de vida, con la consecuencia del aumento de la pobreza.
Es evidente que, y lo mismo hubiera ocurrido en España si los del 15M, en lugar de ir cada grupo por una dirección distinta, hubieran unido sus fuerzas bajo la cabeza de un líder al estilo del señor Grillo, y hubieran acudido a las elecciones apoyados por los grupos antisistemas, los progresistas, los descontentos con los partidos tradicionales etc. Es posible que entonces, como ocurrió con Amayur, hubieran obtenido representación parlamentaria. El peligro está en que, estos partidos de formación "espontánea", como es el caso de la formación de Grillo, acumulan un gran bagaje de reclamaciones, una serie de reivindicaciones, aparentemente, muy justificadas; amén de una carga de "moralina" y buenas intenciones que, siendo en conjunto muy laudables, cuando tienen que llevarse a cabo se encuentran con la realidad; con el hecho de que, ni Italia ni España están solas y dependen, cada vez más, de aquellas naciones con las que están relacionadas, tienen obligaciones contraídas y deudas que pagar, para todo lo cual es precisa financiación que debe obtenerse de las bolsas que, a su vez, funcionan a base de inversores que, como es natural, quieren estar seguros de recuperar sus inversiones por lo que, el Estado o las empresas privadas que emiten deuda o valores, deben garantizar ya sea por medio de seguros que garanticen el pago o mediante el pago de intereses más altos, que animen a los inversores a correr el riesgo.
Y este es el peligro que deben afrontar el PSOE y el PP, el de ser superados por otras formaciones que pueden, en un momento determinado, prescindir de las reglas del juego, boicotear las grandes decisiones y disminuir la confianza en aquellos de los que dependemos, sea en las bolsas o sea en el resto de naciones de la UE. No conviene a España que el PSOE se volatilice ni que la izquierda pase a las manos de extremistas que, aparte de producir una gobernabilidad inestable del país, con sus ideas utópicas y sus modos revolucionarios, sean capaces de poner a la nación al pie de los caballos, de forma que, a la postre, todos los esfuerzos y sacrificios de estos años de crisis acaben por desperdiciarse y todo el prestigio obtenido se malbarate, de modo que acabemos por precisar ser rescatados; en cuyo caso, las penurias que hemos tenido que pasar van a resultar mínimas respecto a las que nos van a exigir que hagamos. El PSOE tiene la obligación de asumir la responsabilidad, como primer partido de la oposición, de velar por su unidad y buscar una directiva capaz de regenerar la confianza que sus electores han perdido. O así es, señores, como veo la peligrosa situación del país.
Miguel Massanet Bosch