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A modo de responso por el Arte de la política (por Miguel Massanet Bosch)

Publicada el marzo 12, 2013 por admin6567
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"Los partidos discuten no tanto para convencerse como para decirse mutuamente cosas desagradables" (A. Tournier)

 

Cuando, el inefable Grouxo Marx, aquel actor estadounidense de tanto ingenio, que tan buenos momentos nos hizo pasar visionando sus películas, en las que demostraba su talento en compañía de sus hermanos, dijo aquello de "La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados". Sin duda no pensaba que estaba haciendo un diagnóstico fidedigno y sumamente acertado de lo que están consiguiendo hacer nuestros políticos con nuestra maltratada nación. Desde el momento en que, en algunas regiones de nuestro país, surgieron unos iluminados que, inventándose no sé que tipo de mitos o leyendas, imbuyeron en algunos ciudadanos la absurda idea del nacionalismo excluyente, que los llevara a convertirse en pueblos independientes y, no encontrando otro medio para conseguirlo, decidieron acudir al terrorismo y a los asesinatos. La nación estuvo sometida al chantaje, a las amenazas y a los asesinatos con los que tuvieron que lidiar los diversos gobiernos de la llamada democracia.

Cuando, al fallecimiento del general Franco, la derecha franquista y la republicana decidieron olvidar sus diferencias, para llevar a cabo una transición ordenada y sin que tuvieran lugar enfrentamientos entre los vencidos y los vencedores; labor llevada a cabo por Adolfo Suárez, lo que quedó plasmado en una Constitución, la de 1.978, en la que se llegó a un consenso respeto al sistema de gobierno que se debía aplicar a España; muchos españoles pensamos que, con el referéndum con el que los españoles decidimos aceptar la Carta Magna, con una votación mayoritariamente favorable a ello; los problemas derivados de la Guerra Civil iban a quedar superados y que, a partir de aquel momento, los españoles olvidaríamos aquellos años tristes de enfrentamientos y matanzas, para iniciar juntos una nueva etapa pensando, únicamente, en afrontar un futuro que se presentaba esperanzador para todos. Como parece ser una constante en la Historia de España, no podemos librarnos de la maldición que nos persigue a los españoles, empeñados en que, cuando mejor vivíamos, cuando el trabajo sobraba y la normal alternativa de gobiernos de derechas y de izquierdas hacía pensar en la consolidación de nuestra democracia; la desgracia se abatió sobre los españoles.

Si, el gobierno del señor Aznar, había conseguido acorralar a ETA, contando con la colaboración de Francia, y los había puesto contra las cuerdas y nuestra economía estaba en uno de sus mejores momentos; con una deuda externa menor que la alemana y con la prima de riesgo a nuestro favor; de pronto llegó el momento fatal en el que ¡vayan ustedes a saber por qué oscura conspiración que, probablemente, nunca será aclarada!, se produjo, en vísperas de las legislativas de marzo del 2004 el atentado terrorista contra los trenes en la estación de Atocha, marcó un antes y un después en el destino de nuestra nación. En efecto, la prevista victoria del PP se convirtió en una victoria del PSOE y en la entrada en el gobierno del señor Rodríguez Zapatero, probablemente el presidente más nefasto de toda la historia de la democracia.

España, después de una legislatura en la que el PSOE despilfarró la tesorería boyante que le dejó el anterior gobierno, promulgando leyes absurdas, subvencionando a todos aquellos a los que le interesaba contentar, enchufando en sociedades públicas a cientos de miles de nuevos funcionarios, la mayoría de ellos sin acudir a las oposiciones reglamentarias para ocupar el puesto y, cuando se acabó el dinero de la reserva, los gobernantes socialistas acudieron a endeudarse de modo que cuando, en noviembre del 2011, fueron relavados por el nuevo gobierno mayoritariamente vencedor de los comicios, sólo recibió a una nación con un 9'6% de déficit público, con una deuda de 840.000 millones, un 68'5% del PIB; unas CC.AA endeudadas y con déficit insoportables, fruto de unos gobiernos que no cesaban de gastar sin freno acometiendo proyectos mastodónticos muy alejados de sus posibilidades financieras. La llegada de la crisis de las sub-prime americanas y el desmoronamiento de nuestra burbuja inmobiliaria acabó con nuestro Estado del bienestar y con los sueños de grandeza de los socialistas que, no sólo retardaron el reconocimiento de la crisis, sino que siguieron endeudándose para sostener los gastos de un Estado agigantado imposible de sostener.

Y, hete aquí que, esta situación ruinosa recibida por el PP y el problema griego que descolocó a la UE y provocó que cundiera el pánico en las cancillerías de muchos países, entre ellos los del norte –que estaban en mejores condiciones para enfrentarse a la crisis – retardando la toma de decisiones que, si se hubieran adoptado con mayor celeridad, las consecuencias para los países del sur de Europa hubieran sido menos traumáticas y más soportable. Tampoco la actuación del gobierno de Zapatero fue la adecuada y ello motivó que perdiéramos la confianza de toda Europa y, con ello, la de las bolsas; lo que nos llevó a una situación desesperada de la que, debemos reconocerlo, sólo las medidas impopulares del gobierno del señor Rajoy, consiguieron librarnos.

No obstante, aquellos partidos que fueron los causantes de la debilidad de España, de su insoportable endeudamiento, del incremento desmesurado del gasto público y del desorbitado déficit de las CC.AA; en lugar de reconocer sus errores y formar causa común con el nuevo ejecutivo del PP; se le han lanzado al cuello intentando, por todos los medios a su alcance, ponerle el máximo de trabas, con el objeto de enfrentarlo a los ciudadanos, a los que se les hace creer que España va mal por culpa del PP cuando, en realidad, son ellos, los socialistas – un partido en plena descomposición, dirigido por un político amortizado incapaz de gobernar su formación – juntamente con los separatistas, especialmente los catalanes, los que intentan sacar provecho de la delicada situación del país para arrimar el ascua a su sardina y conseguir obtener concesiones del Gobierno que les permita progresar en sus aspiraciones secesionistas; olvidándose e intentando que los ciudadanos lo olviden, de que fueron ellos los que, en realidad, les dejaron al PP una España moribunda al borde de la quiebra.

Y ahora queda una gran incógnita. ¿Pueden los españoles, que llevan ya 5 años de sacrificios, de falta de empleo, de falta de créditos, de despidos, de quiebra de empresas, ERE's etc; seguir por mucho tiempo más soportando la presión a la que los tienen sometidos unos políticos enfrentados entre sí? , ¿Hasta cuándo la judicialización de la política seguirá en su carrera de descrédito de las instituciones? ;¿Cuándo el Gobierno y las cámaras, pondrán orden en esta Administración de Justicia, politizada de cabo a rabo, para que no se produzcan casos tan vergonzosos como los que, cada día, estamos contemplando los desencantados españoles? Es posible que los políticos, inmersos en sus disputas partidistas, piensen que esta situación puede mantenerse indefinidamente pero, a los que ya tenemos los suficientes años para acordarnos de otras épocas, igualmente conflictivas, este tipo de situaciones, estas algaradas callejeras, estas declaraciones explosivas, como las de la señor Manjón, (una activista llena de odio que, por falta de cultura, no se da cuenta del efecto de sus palabras en ciudadanos que pueden llegar a creer que tiene razón) creemos que pueden encender la chispa que convierta a nuestro país en una peligrosa bomba de relojería. O esta es, señores, mi opinión al respecto..

Miguel Massanet Bosch

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Juan Andrés Buedo: Soy pensionista de jubilación. Durante mi vida laboral fui funcionario, profesor, investigador social y publicista.
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