"Todos ven lo que aparentamos pocos ven lo que somos" Nicolás de Maquiavelo
En ocasiones, cuando escuchamos a estos políticos que se ven en la obligación de intentar llamar la atención por los medios que sean, en su ansia de conseguir que alguien los escuche aunque sea sólo por unos breves instantes, sentimos una sensación especial de compasión hacia aquellos ciudadanos a los que representan, aquellas minorías que, al igual que aquellos que los representan, tienen que acudir a manifestarse en las calles, organizar saraos por allí donde se concentran; vociferar consignas en contra del orden establecido e intentar, por medio de payasadas, bufonadas, extravagancias, pamplinas y histrionismos, vender una idea, una reclamación o, incluso, una teoría política, sabiendo que, en el mejor de los casos, sólo lograrán convencerse a sí mismos.
Este, seguramente, es el caso de este señor, don Alfred Bosch Pascual, militante de ERC y portavoz de su partido en el Parlamento de la nación que, por supuesto, no representa sólo a aquella a la que intenta infructuosamente rescatar de la tutela de España, la levantisca Catalunya, sino que es la expresión de todo el pueblo español; en el que radica la soberanía de toda la nación; por mucho que algunos iluminados como el señor Bosch quieran ignorarlo, atribuyéndose el derecho "a decidir" sobre una parte del territorio nacional; un derecho que, por otra parte, intentan demostrar que se basa en la misma democracia. ¿Qué democracia, don Alfred, la que ustedes han decidido, unilateralmente, que les valga para pedir la independencia de su comunidad o la misma que pudieran argumentar los ciudadanos del pueblo de Martorell para independizarse de Catalunya o la de un grupo de españoles que no comulgamos con este disparate del independentismo, para declararnos independientes del Gobern de la Generalitat, y seguir formando parte del Estado español?
La Constitución española de 1.978 es lo suficientemente explícita y diáfana, en lo que hace referencia a la unidad del Estado español, a las leyes que se deberán aplicar sobre todo el territorio nacional y los medios de los que se podrá valer el Estado cuando, en alguna parte del territorio nacional, haya alguien, persona o grupo de personas, que pretenda saltarse a la torera los preceptos constitucionales, incurrir en desobediencia civil o en actos que se puedan considerar que atentan contra la unidad del país y la solidaridad con el resto de los españoles. Ya sabemos que al señor Bosch le espanta cuando un avión del Ejército sobrevuela Barcelona y lo considera un agravio contra el pueblo catalán; sin embargo, se permite con toda impunidad y desvergüenza sacarse del bolsillo una bandera estelada, símbolo de la independencia catalana, para fregarse por las narices a sus señorías los diputados, que, por supuesto, tienen el derecho a no ser humillados por cualquier chiquilicuatre que haya perdido los modos y la compostura.
El señor Bosch, recientemente, en la sesión de las Cortes, le recordó al señor Rajoy el festival por la independencia de Catalunya que tuvo lugar en el Camp Nou del Barcelona, espetándole: "¿Cuántos estadios vamos a tener que llenarle para que usted acepte la voluntad catalana? El señor Rajoy, como es habitual en él, volvió a escurrir el bulto y evitó darle la contestación adecuada. Pero a mí, que no soy tan sibilino como nuestro Presidente, se me ocurre que, a semejante sujeto, se le podría haber contestado con otra pregunta: ¿Son ustedes conscientes de hacia dónde están llevando al pueblo catalán, con esta utopía? Porque, señores, lo cierto es que de toda esta palabrería sobre el independentismo, los presuntos derechos históricos y las reiteradas acusaciones que ya llevan años intentando demostrar, sin conseguirlo, de que los españoles les están robando; no hemos conseguido que el gobierno de CIU del señor A.Mas, nos haya explicado cómo van a conseguir salvar a Catalunya del colapso, si la independizan de España.
En primer lugar, deberían descartar el ingresar en la CE, algo taxativamente prohibido por la legislación comunitaria. En segundo lugar: ¿cómo solucionarían la devolución de los 58.000 millones que deben, teniendo en cuenta que la deuda catalana está calificada por las agencias de rating como "basura", algo que supone graves dificultades para conseguir financiación exterior?, a la par que supone pagar unos intereses prohibitivos amén de seguros de garantía a favor de los inversores para asegurarles el cobro de la deuda, a su vencimiento. En tercer lugar ¿Cómo se las iban a arreglar para seguir pagando las pensiones, el subsidio de desempleo (existen casi 600.000 parados en la autonomía) las prestaciones de la Seguridad Social y la Sanidad Pública; las pagas de los funcionarios (hasta los hay que ya están pensando en un ejército propio de unos 40.000 efectivos en activo y 60.000 en la reserva por si acaso a España, se le ocurriera invadirlos)? ¿Existen de verdad unos estudios fiables sobre todo ello?
Añadan ustedes todos los gastos de infraestructuras, conservación viaria, intereses de la deuda, ferrocarriles de cercanías etc. Y el tema de la moneda ¿implantarían una moneda propia? ¿Con qué garantías? ¿Tiene oro o plata? O ¿acudirían al método de la FED de emitir moneda virtual?, sólo que Catalunya no es lo mismo que el gran estado americano ni puede aportar las garantías ni el potencial industrial del gran coloso norteamericano. ¿Tiene el señor .Bosch una contestación creíble para todas estas preguntas o resultará que, al fin y al cabo, estas promesas del gran y próspero país catalán; serán agua de borrajas? o ¿tendrán los catalanes que pedirle al señor Mas que acuda al notario para garantizarles que será capaz de darles el país del bienestar que les está prometiendo? Nos queda el tema del comercio con España, un miembro de la UE. En la actualidad un 60 por ciento de las exportaciones catalanas tienen por destino al resto de la nación y lo mismo puede ocurrir con las mercaderías que adquiere. Habría que pagar tasas fronterizas y los aeropuertos catalanes deberían ser subvencionados por la Generalitat. ¿Una autonomía que precisa 9.000 millones para el 2013 del FLA, puede hacerlo? O ¿piensan en subir los impuestos a los catalanes?
Hablemos de las industrias catalanas. En otro tiempo las grandes empresas pertenecían a empresarios de la burguesía catalana; toda aquella riqueza se quedaba en Catalunya, en poder de catalanes que estaban en condiciones de apoyar a sus instituciones; hoy en día la mayoría de las empresas importantes, radicadas en esta autonomía, son multinacionales que exportan sus productos y que envían sus beneficios a sus centrales situadas en sus países de origen o, desde hace unos años el fenómeno se ha ido extendiendo, se llevan sus cabeceras a Madrid, donde no se les obliga a rotular en catalán, a pagar tantos impuestos y tasas ni están sujetos a la inestabilidad política de una comunidad que, de una país acogedor y tranquilo, amenaza con convertirse en una jaula de grillos, con evidente peligro de convertirse en un lugar inhabitable dominado por las izquierdas que son las que acabarán por hacerse dueñas de toda Catalunya, si un día, consiguieran sus propósitos, algo que espero que nunca tenga lugar.
Todo esto es lo que, el locuaz escritor catalán, señor A.Bosch, nos tendría que explicar con todo detalle, antes de crear al pueblo catalán unas expectativas absolutamente falsas que, con toda seguridad, ni él mismo se las cree, pero que, eso sí, les serviría, a estos políticos catalanes, enfangados en oscuros temas de actuaciones ilegales; para zafarse de la acción de la Justicia que, en el supuesto de conseguir la independencia, quedaría, como ya viene ocurriendo, completamente subordinada al poder político. O así es como percibo, desde mi postura de ciudadano de a pie, la situación extremadamente peligrosa de esta comunidad, en manos de políticos secesionistas.
Miguel Massanet Bosch