Europa Press/ EFE | (Publicado en EcoDiario, aquí)
Ciudadanos disfrutando en una terraza.
El 70% de los españoles se considera feliz a pesar de la crisis económica, los casos de corrupción política y los recortes presupuestarios que afectan al país, al mismo tiempo que el 90% se encuentra bastante satisfecho o muy satisfecho con su vida actualmente. El 'efecto positivo' de la crisis
Así se desprende del Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), correspondiente al mes pasado y que se ha hecho público este viernes, del que también se observa que casi seis de cada diez españoles (58,6%) cree que se puede confiar en la mayoría de la gente.
La segunda preocupación, tras el paro
La corrupción política vuelve a situarse como la segunda preocupación de los ciudadanos tras el paro y por delante de los problemas de índole económico que ocupan el tercer lugar de las inquietudes de los españoles, según el CIS.
La encuesta, realizada entre el 3 y el 10 de junio pasados, refleja que el paro es citado por el 80,5% de los ciudadanos, seguido de la corrupción y el fraude -32,5 frente al 30,7 de mayo- y los problemas económicos con el 32,2.
Conducir bebiendo alcohol, intolerable
Por otro lado, los españoles creen que no se puede tolerar conducir bebiendo alcohol, en un 94,4% de los casos, fingir una enfermedad para conseguir una baja temporal en el trabajo (92,3%), arrojar y tirar basura en lugares públicos (92%), conducir habiendo agotado los puntos del carné de conducir (90,3%) y estropear el mobiliario urbano o hacer pintadas en las paredes (90,1%).
En cuanto a los comportamientos que son muy frecuentes o bastante frecuentes en España, los encuestados consideran que el mayor de ellos es el hecho de que los dueños de los perros no recojan sus excrementos (81,8%), se arroje basura y papeles en lugares públicos (75,6%), se exceda el límite de velocidad en carretera (76,7%) o se acuerde con un comerciantoçe o profesional que no les cobre el IVA par pagar menos por un producto o servicio (67,4%).
En comparación con hace cinco años, además, seis de cada diez españoles (63,9%) considera que estos comportamientos han tendido más bien a aumentar.