Consuelo Sánchez-Vicente (Publicado en la nación.es, aquí)
La secretaria general del PP Dolores de Cospedal está protagonizando este mes de agosto una escalada de descalificaciones contra el funcionamiento del estado de derecho en nuestro país que le han valido duras críticas que en gran parte comparto. Me produce una auténtica extrañeza que una Abogada del Estado como la señora Cospedal acuse al gobierno en la prensa de algo tan grave como ordenar escuchas ilegales contra el principal partido de la oposición y no se vaya corriendo al juzgado a presentar las pruebas. No lo entiendo. Como tampoco entiendo que acto seguido el ex ministro Montoro, que tampoco es un analfabeto funcional, se descuelgue con que son los acusados los que deben probar su inocencia de vez de quienes acusan su acusación, en apoyo de su secretaria general
La democracia es en última instancia una cuestión de procedimientos que los políticos son los últimos que deben ignorar porque tienen que dar ejemplo y hacer pedagogía, y al menos de momento, el PP no ha presentado prueba o indicio razonable alguno de que la policía haya efectuado por su cuenta, es decir sin orden judicial, 'escucha' alguna contra ningún dirigente del PP, por orden o con conocimiento 'del gobierno'; que es lo que haría falta para poder hablar de escuchas ilegales como hace Cospedal. Que menganita o fulanito 'sospechen' que le espían no basta para acusar al gobierno de liquidar los mecanismos de funcionamiento del estado de derecho como ha hecho Cospedal
Si la cosa fuera tan grave como insinúa Cospedal, la laminación por el gobierno del estado de derecho nada menos, lo que habría que preguntarse es que rayos hace Rajoy que no vuelve de vacaciones ipso facto y a que espera el líder de la oposición para atrincherarse en Génova y defenderlo. Pero, dicho esto: en lo de Palma de Mallorca me parece que los populares tienen toda la razón, y más; y que deberían poner pies en pared
Lo que estamos viendo estos días en Palma de Mallorca, esas cordadas de presos de la 'operación Espada' que en realidad son presuntos inocentes, detenidos y 'conducidos' como delincuentes peligrosos sentenciados y expuestos a la vergüenza pública, que la policía traslada esposados por parejas a los juzgados como si hubiera riesgo de fuga y ante las cámaras, supongo (quiero suponer) que por orden del fiscal, y que tras una, dos o hasta tres noches 'en el calabozo' quedan a disposición judicial a veces con fianza y otras ni eso y luego vemos como se van solos a casa y sin esposar… eso es un claro abuso de poder no se si ordenado o consentido, algo intolerable e impropio de una democracia… sea quien sea 'el presunto', ojo, del PSOE, del PP o un particular
La justicia se puede equivocar, el fiscal, el juez, la policía, como cualquiera. Pero, ¿por qué siempre, siempre, pero siempre, estos detenidos de manera infamante que después del doble juicio – en la prensa y en el juzgado – quedan libres de polvo y paja en muchos casos, son militantes o altos cargos o allegados o algo del PP?
No se sabe. O si se sabe. Esto es lo impúdico, lo intolerable democráticamente. Lo obsceno. Porque siempre, pero siempre, oye, ni por casualidad falla, los así infamados son o están cerca de el PP.