JOSÉ CARLOS ROJO | SANTANDER
Francisco Jarauta, ayer, en la Fundación Botín. :: SE QUINTANA
(Publicado en eldiariomontanes.es, aquí)
- El director de las Lecturas de la Fundación Botín habló de Wikipedia como «el umbral en el que no está mal entrar; pero del que hay que saber salir»
- Francisco Jarauta Catedrático de Filosofía de la Universidad de Murcia
A la hora de hacer balance, condensa una idea: «La curiosidad fue siempre la catalizadora del interés por el conocimiento». Francisco Jarauta vuelve a dirigir las Lecturas de la Fundación Botín, que en su doce edición están dedicadas al estudio de la historia y formas de esta inquietud tan naturalmente humana. Investigadores, filósofos, especialistas en Geografía, Literatura y otros, han reconstruido durante toda la semana el caprichoso camino de las ideas hasta el presente, en un programa enmarcado en los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria (UC).
-Al final de la semana se puede hacer balance de las jornadas…
-Estamos ya en la doce edición de estas citas que nacieron hace años como un proyecto y hoy son una realidad consolidada. La inquietud por el estudio de las ideas y la historia cultural ha reunido aquí a varias personalidades de todo el mundo que tienen una voz en las cuestiones que abordamos.
-Alumnos de toda España los escuchan…
-Este año han venido 70 estudiantes para acompañarnos en ese recorrido por la historia de la curiosidad humana, que ha servido siempre como motor del conocimiento.
–Ahora, la era digital ha sumado caballos a ese motor del que habla…
-Obviamente la sociedad de la información ha generado un mapa completamente distinto del acceso al conocimiento; pero cuidado, una cosa es la información y otra el conocimiento. La información no produce conocimiento por sí sola. En esa cascada de datos que emana de nuestros ordenadores hay muchas cuestiones que están olvidadas.
-O banalizadas…
-Efectivamente. Hay trabajos de estudiantes en los que no hay más que Wikipedia. Es un conocimiento básico que no aporta nada. Es el umbral en el que no está mal entrar, pero del que hay que saber salir.
-Muchos estudiantes protestan por la irrupción del Plan Bolonia en los campus, con una orientación «mercantilizada» de las titulaciones…
-Soy muy crítico con los resultados primeros del nuevo plan europeo. Nació con buenas intenciones pero las pragmáticas son cada vez más problemáticas. La adaptación a lo que puede llamarse una formación aplicada u orientada a lo profesional está bien. Pero siempre y cuando se plantee como un principio general, no como estrictamente disciplinar. La formación universitaria ha perdido en este momento intensidad y densidad.
-En el monográfico tratan la evolución de la cultura occidental. Hay quien habla de una nueva cultura global, donde EE UU ya no tiene el papel hegemónico…
-La globalización conduce a una cada vez mayor homologación de las grandes formas de civilización. Al final acabarán pensando igual una persona que viva en Santander que otra que esté en Shangay. Hace décadas se hablaba del 'American way of life', del 'New cultural standart'. La homologación ha superado las fronteras.
-¿Es eso un problema?
-No, pienso que es inevitable. Pero con ese proceso aparece otro: el del olvido de las diferencias, de las particularidades, de las situaciones concretas. Esto puede ser un tema de gran interés porque creo que deberíamos volver a pensar en el espacio global, pero desde el ámbito local.
-En una sociedad profundamente científica, ¿no nos preocupamos demasiado de analizar cuestiones demasiado técnicas y olvidamos entendernos como sociedades, como culturas, para mejorar la convivencia?
-Una cosa no excluye la otra. Una sociedad moderna no puede estar ajena a la investigación y a las grandes ciencias naturales. La sociedad que no apueste por la innovación se convertirá en cliente de los grandes centros de investigación. Por eso tenemos que hacer políticas generosas sobre el ámbito de la investigación y de las ciencias físicas, las matemáticas, el ámbito biomédico, etc. Pero esto no puede ser un argumento para descartar un trabajo que tiene emergencias precisas, urgencias que hay que atender.
-En estas jornadas se estudia la aparición de la palabra escrita como un cambio de época. ¿En muchos años, cuando aquí estudien estos tiempos, pensarán lo mismo de Internet?
-Por supuesto. Internet es hoy un fenómeno que marca el comienzo de una época. Ha transformado nuestras relaciones laborales, personales, de ocio, etc. ¿Qué seríamos hoy sin la Red? Volveríamos a la edad de piedra, dicho de una manera simpática.