No tengo nada que objetar al señor J.Viyuela como actor. Es más, hace ya muchos años que le sigo en la TV, desde aquellos tiempos en los que se ganaba la vida con una silla haciendo de mimo. Pero debo confesar que he tenido una cierta sorpresa cuando, precisamente él un, como dirían los ingleses, selfmade man en el gremio de la farándula, con todo el derecho del mundo, también es verdad, se ha lanzado al peligroso mundo de la política, dando su cuarto a espadas; imitando a algunos de sus colegas que han pretendido hacerlo con anterioridad, la mayoría de las veces con poco tino, con limitados conocimientos del tema y, en la totalidad de las ocasiones, guiados más por un fanatismo izquierdista que, seguramente, heredaron de sus antecesores, pero que hace que sus opiniones siempre vengan trufadas de tópicos progresistas, de resabios del comunismo soviético y, como no, de falta de la debida objetividad, preparación, conocimiento de las distintas variables que siempre inciden en un problema, aparentemente sencillo y, eso sí, sobrados de la prepotencia que suelen tener aquellos que, por ser conocidos, incluso famosos y populares, piensan que pueden emitir sus opiniones sin molestarse demasiado en asegurarse de que sean correctas y acertadas.
Bien, el señor Viyuela empieza con una sarta de términos con los que pretende demostrar que se encuentra enfadado de verdad con el Gobierno y con toda la sociedad porque, por lo visto, tanto uno como los otros, a su juicio, consideran "a los actores como un colectivo alejado del resto de la sociedad". Supongo que se refiere al hecho de que el ministro señor Montoro haya decidido aplicar el mismo tipo de IVA a las entradas a los espectáculos que el que se aplica al resto de mercancías, salvo aquellas que, por ser de primera necesidad, están gravadas con un IVA inferior. Y no me extraña que el señor Viyuela esté indignado, lo que no sé es porque está indignado con el señor Montoro y el actual gobierno del señor Rajoy y permaneció sin indignarse cuando el gobierno socialista del señor Rodríguez Zapatero consiguió que 5 millones de españoles tuvieran que dejar sus trabajos para ingresar en el paro.
No se puede, señor Viyuela, prescindir de los antecedentes, cuando queremos comentar un tema determinado. Usted se queja porque ustedes, los de la farándula, han comenzado a sentir los efectos de una crisis general, cuando el resto de españoles la venimos soportando desde el mismo año 2008. Todo el gremio de los de la farándula (que es como englobo yo a todo los que viven del teatro, el cine y todos aquellos que de, una forma u otra, están relacionados con el gremio del espectáculo); durante el mandato del PSOE, del que la mayoría de ustedes son claros simpatizantes –aparte de unos cuantos comunistas obcecados y otros cuantos, excepción y mal vistos por los demás, que pertenecen al PP o a Ciutatan`s –; estuvieron viviendo al amparo de la ministra socialista de cultura, la señora González Sinde, directora, guionista y experta "conseguidora", que se preocupó de que, importantes tajadas de los PGE, fueran destinadas a subvencionarles a ustedes los cómicos.
Entonces, por supuesto, eran ustedes carne y uña con el ejecutivo y, al parecer, toda su preocupación por los trabajadores que iban cayendo en el paro, se quedaba en su propia conciencia, puesto que, en ninguna ocasión le mostraron públicamente su malestar al gobierno del señor Zapatero. Colaboraron con él, lo apoyaron con todas sus fuerzas, se enfrentaron con todos sus medios de propaganda y mediante las TV y demás medios de expresión y comunicación, cuando la oposición intentaba hacer ver a los socialistas que, su política de despilfarro, de endeudamiento, de aumento del déficit y de subvenciones para todos era de todo punto insostenible, como le dijo el señor Solves a ZP, antes de dimitir de su cargo. Usted, el señor Sacristán, los Diego, Victor Manuel y Ana Belén, la señora Velasco, los Bardem (millonarios) y todo el rojerío, bohemios, progresismo, okupas y antisistemas, que están infiltrados, profundamente, en su gremio; fueron los que más sacaron de la señora González Linde, que ni tuvo la delicadeza de intentar disimular ante el resto de la sociedad, las pródigas ayudas al cine, sólo para subvencionar películas que, como se viene demostrando, la mayoría de ellas resultan verdaderos fracasos económicos que pocas personas van a ver. Así baja la audiencia de año en año. Como es natural, somos los ciudadanos de a pie los que acabamos pagando con nuestros impuestos.
Usted mismo lo ha dicho con claridad, don José, no tengo confianza para llamarle Pepe, porque entonces el resto de españoles sí considerábamos a los actores como "seres privilegiados alejados del resto de la sociedad". Por lo que veo usted sigue trabajando, aparece a diario en las TV y supongo que cobrará más que un parado, pero usted sigue queriendo que se le considere apartado del resto de la sociedad porque no quiere aceptar que, a ustedes, también les afecte la crisis por ese privilegio que nos quieren imponer por ser miembros "de la cultura" como si los demás, que pagamos religiosamente nuestros impuestos, también el IVA al 21%, no la tuviéramos. O es que, señor Viyuela, me quiere hacer creer que lo que usted está haciendo por la TV, estos gags en los que predomina es el sexo, el vicio, la horterada y el mal gusto, aparte de hacer reír a aquellos que viven de este género y de proporcionarles a ustedes, los actores, dinero para vivir ¿en realidad se puede considerar cultura? O, incluso admitiendo, que se le ha de dar carnaza a la plebe, ¿considera usted que, con casi 6 millones de desempleados, con dos millones que tienen todos sus miembros en el paro y con un endeudamiento del país que alcanza al 89% del PIB, usted ha de salir lloriqueando, quejándose de los actores que lo están pasando mal? ¡Pues como todo el mundo, señor mío, como todo el mundo!
Todas las profesiones tienen un cupo, si no legal, si el que marca la oferta y la demanda. En el caso de los que quieren dedicarse al "arte" del espectáculo, son millones y eso lo comprobamos cada día en los espectáculos que nos ofrecen las TV; donde se fomenta, a mi entender sin la debida responsabilidad, el que nuevos aspirantes, la mayoría con nulas posibilidades de triunfar, por carecer de los dones precisos para ello. Muchos, pensando que van a conseguir llegar al estrellato, se quedan vegetando en el mundillo, en el que mal viven y aprenden a drogarse o prostituirse, creándose un lumen que va aumentando con escasas posibilidades de conseguir otra cosa que no sea el vegetar en la miseria durante toda la vida. Seguramente el señor Viyuela nos hable de todo este excedente al que, según él, hay subvencionar a costa del resto de los españoles.
Nosotros, los que no pertenecemos a "el grupo de la cultura" los que hemos tenido que trabajar durante nuestra vida sin ninguna ayuda del Estado, cotizando cada mes a la Seguridad Social; levantándonos temprano, preocupándonos de nuestras familias, de los estudios de los hijos, sin francachelas, veladas en blanco, mujeres espectaculares y tiempo para meternos en política queremos, de verdad se lo digo, señor Viyuela considerarles a ustedes, los de la farándula como integrantes de esta sociedad de la que dice se le quiere apartar, y también queremos que se ganen la vida sin ayudas estatales, por sus propios méritos y sometidos a las exigencias de la competencia. Eso de la cultura, se lo dejan ustedes para aquellas compañías de Alta comedia, que representan obras de autores consagrados de nuestra literatura y que, como tales, merecen conservarse como un tesoro artístico nacional. El resto ¡a pencar, a pagar impuestos, a pasar al paro cuando no hay trabajo y a dejar de lamentarse porque el ministro de Cultura no les saque de sus apuros, como les ocurre al 99`9% del resto de los españoles! O esto es lo que pienso, señores, al respecto.
Miguel Massanet Bosch