María Igartua (Publicado en Cotizalia.com, aquí)
La crisis de deuda europea ha puesto todos los axiomas económicos y financieros patas arriba. No sólo se está viviendo en los países desarrollados un momento sin precedentes, sino que los gobiernos y los bancos centrales están empleando desde 2008 –cuando se colapsó el sistema financiero por la caída de Lehman Brothers- la técnica de ‘prueba-error’.
Cómo decía Peter Garnring, de Saxo Bank, a Cotizalia.com, nos encontramos en un experimento monetario del que es difícil saber las consecuencias a medio y largo plazo. Y ni siquiera en el corto se pueden dar explicaciones a situaciones que superan la lógica del mercado.
Es por ello que un post de Kate Mackernzie en FT Alphaville, recoge las respuestas del equipo de global asset allocation de JP Morgan a las siete preguntas más interesantes sobre el mercado en estos momentos y que pasa, principalmente, por la crisis del euro y las inyecciones masivas de liquidez por parte de los bancos centrales.
Así, la primera, la madre del cordero, es por qué con la que está cayendo sobre Europa y con tanto como se ha hablado al respecto, ningún país, ni siquiera Grecia o Alemania –que son los dos extremos de esta crisis- salen de la unión monetaria. En este sentido, desde el departamento de análisis de la entidad, aseguran que el único motivo de que esto sea así es “el coste de renunciar a la propia moneda”.
Y es que, desde JP Morgan explican que una “resolución así requeriría una deflación masiva de la periferia y una aportación masiva de fondos por parte del núcleo” europeo. La razón por la que los países se sumaron a la Unión Monetaria y por la que no han salido aún es porque, en un primer momento, el proyecto se planteó como el primer paso hacia una unión política y el “coste de abandonarlo no es nada en comparación con la fuga de capitales y la creación de una nueva divisa… y volver a los malos viejos años de una Europa dividida y pendenciera”.
Por este motivo, los expertos defienden que los miembros de la eurozona “van a hacer todo lo que puedan por mantener la unidad de sus miembros, incluso aunque necesiten más crisis para conseguirlo”. Pero eso no es todo. En este contexto, en el que los cimientos de Europa llevan más de
dos años tambaleándose, la lógica hace pensar en el desplome de la moneda única. Sin embargo no está siendo así.
¿Por qué no ha colapsado todavía el euro, a pesar de la recesión y el riesgo de una ruptura de la unión?, se preguntan desde el blog. La razón es simple. La situación fiscal de otros países como Estados Unidos, Reino Unido y Japón, tan mala como la de la eurozona, está sosteniendo la moneda. Pero en este punto, hay que analizar el comportamiento de estas tres monedas con las divisas de los hermanos menores del G10 para comprobar su debilidad.
También llama la atención el sentimiento de pánico que está moviendo a los inversores a preferir entrar en activos seguros, a pesar de que si se les suma los impuestos y la inflación, estarían asumiendo pérdidas por poner sus ahorros a salvo. Pero ¿quiénes son realmente los que están llevando a cabo este tipo de movimientos? Según JP Morgan, el fuerte repunte que está experimentando la deuda de países como Alemania o EEUU responden a la estrategia llevada a cabo por los fondos de pensiones que “están comprando 6 dólares en bonos frente a 1 dólar de acciones”.
Fuga masiva
De hecho, la fuga masiva de fondos de la renta variable europea ha llevado a que la mayor parte de sus principales índices ya registren pérdidas en el año. Más allá de las bolsas de los países periféricos y con España a la cabeza del desplome, el Cac 40 de París y el Eurostoxx 50 ya se han pasado al rojo en 2012. Sólo el Dax y el FTSE 100 de los grandes se mantienen en positivo desde enero.
A parte de esto, otro factor a tener en cuenta en todo este rompecabezas es el problema del movimiento de precios, ya sea hacia arriba o hacia abajo. El dinero se encuentra prácticamente gratis desde 2008, con los tipos de interés a cero en EEUU y al 1% en Europa. Sin embargo, aunque llevamos cuatro años oyendo amenazas inflacionistas y deflacionistas, indistintamente, lo cierto es que uno u otro escenario no acaba de llegar.
La explicación de JP Morgan en este sentido es algo simplista, pero no por ello menos válida con todo lo que se ha venido escuchando en los mercados al respecto. “Los banqueros centrales han hecho un
tremendo buen trabajo convenciéndonos de que no sólo están combatiendo la deflación, sino que responderán con decisión cuando la inflación emerja”.
Finalmente, la subida de las materias primas, de más de 60%, teniendo en cuenta que un escenario recesivo provoca un desplome de la demanda y la consiguiente caída de los precios, los analistas lo justifican con la cancelación de las inversiones por parte de los productores para cortar la oferta y sostener las commodities. Mientras, a la pregunta de por qué los inversores japoneses continúan comprando su propia deuda cuando ya supera el 250% del PIB, JP Morgan la explica en la presión que a la que el gobierno está sometiendo a los inversores institucionales patrios.